9 de octubre de 2011

RETRIBUCION VARIABLE Y MOTIVACION INTRINSECA (II)

 Terminaba el post anterior (Motivación Intrínseca y Retribución Variable I) con la pregunta: ¿La retribución variable es incompatible con la motivación intrínseca?
Lepper y Green (1978) denominaron
"Coste Oculto de la Recompensa", a la
paradójica disminución que los incentivos
ejercen sobre la motivación intrínseca, creando
 "resultadismo" y "cortoplacismo", y perjudicando
la simple satisfacción por el trabajo bien hecho.

          Así se pensó en un principio, y los primeros resultados de Deci fueron replicados en posteriores trabajos (Kuglanski, Friedamn y Zeevi 1971; Ross 1975), encontrándose en todos ellos que la motivación intrínseca disminuía cuando se ofrecían recompensas externas, fenómeno conocido como “el coste oculto de la recompensa”.

Aunque el mismo Deci observó que, utilizando como incentivos recompensas verbales, parecían tener cierto efecto positivo duradero sobre la motivación intrínseca, por lo que decidió realizar nuevos experimentos manipulando la variable psicológica “valor informativo del incentivo”, llegando junto con su colega Ryan, al considerado por muchos como el más coherente y sólido modelo de la conducta motivada: La Teoría de la Autodeterminación (Deci y Ryan, 1985).



TEORÍA DE LA AUTODETERMINACIÓN (DECI Y RYAN, 1985):

Se centra en el grado en el que las personas nos comprometemos con una tarea y mantenemos ese compromiso.

Según la misma, la clave para un compromiso profundo, sólido, consistente y duradero, está en que percibamos que nuestra conducta es autodeterminada, que significa decidida por nosotros mismos, nacida de nuestra voluntad, y no impuesta por unas circunstancias externas. Y la autodeterminación está íntimamente ligada con la motivación intrínseca, y la placentera satisfacción de una tarea bien hecha, que crecerá en la medida en que la persona perciba que su conducta y sus resultados dependen de sí mismo, incrementando la sensación de autonomía, de control, y competencia, fomentando la proactividad y el desempeño.

          El elemento clave es que la retribución variable (incentivo), sea “internalizada” por quien la recibe. Si el receptor la internaliza, incrementará la motivación intrínseca y será positiva, y en la medida en que la perciba como un elemento externo que controla su conducta, aunque pueda llegar a ser positiva en el corto plazo, a medio y largo plazo no sólo no aportará nada, sino que puede llegar a ser contraproducente.

          Y si encima con ello, se generan agravios comparativos con respecto a las demás personas, será nefasta para el conjunto de la empresa, (ver Motivación y equilibrio – La importancia de la Equidad).


¿CUÁNDO SE INTERNALIZA UNA RETRIBUCIÓN VARIABLE?

          La teoría expone que hay dos clases de acontecimientos: los informacionales, y los controladores. Los primeros permiten a la persona experimentar autodeterminación, autocontrol, y confirmar que el individuo es competente, fomentando la motivación intrínseca; mientras que los segundos se perciben como guías externas del comportamiento, inhibiendo la motivación intrínseca y fomentando la extrínseca.


Los incentivos que fomentan la Motivación
Intrínseca son aquellos que tienen carácter
más informacional que controlador
 
          Deci denomina “Regulación Integrada” al proceso mediante el cual interiorizamos un incentivo, atribuyéndole carácter informacional sobre la tarea bien realizada, por encima del interés cuantitativo en su percepción, que derivará en acontecimiento controlador.

          La regulación integrada consigue que el interés de la persona siga centrado en sus tareas, más que en el incentivo. En caso contrario, la persona acabara más centrado en la recompensa, relativizando la valoración del trabajo (“efecto mercenario”).

CLAVES FACILITADORAS:

Algunas claves que facilitan  a la retribución variable un carácter informacional, y disminuyen el carácter controlador, son:

Estilo de administración. Que exista en la empresa un clima que favorezca la autonomía y la competencia de las personas.

Que tenga “valor de indicio (Ross, 1976), que aplicado al caso, significa que esté muy bien parametrizada, y que refleje la buena competencia en todas las áreas del profesional (cuestión a veces compleja: a ver como medimos algo tan importante para la empresa como la cantidad de conocimiento que la persona cede a la Organización, evitando los peligrosos “cotos de conocimiento exclusivo”, o la forma en que contribuye a un adecuado clima laboral).

La existencia de consenso con el perceptor. Pactar los parámetros cuantitativos que sirvan de base para el cálculo, (estructura salarial, objetivos, retos, etc.),  favorece el procesamiento informacional, mientras que la imposición no negociada favorece el carácter controlador.
RELACIÓN CON LA RETRIBUCIÓN TOTAL
       
Todo lo expuesto está referido al balance retribución fija/variable, sin referencia a la retribución total.

        Aunque para favorecer el procesamiento informacional de la retribución variable, habrá que tener en cuenta la horquilla de retribución total en la que se enmarque. Difícilmente podrá ser informacional un porcentaje cuya posible percepción, año si o año no, suponga  drásticos cambios en la forma de vida de los perceptores. Por ejemplo, un variable del 20% sobre una retribución baja, condicionará periódicamente el acceso a proyectos de carácter básico, como la vivienda o los estudios de los hijos, y necesariamente será interpretado en clave de acontecimiento controlador. Sin embargo, ese mismo porcentaje en una retribución alta, puede adquirir con mayor facilidad carácter informacional, pues aunque también pueda condicionar el acceso a ciertos recursos, el carácter de éstos no será básico; eso si, sin descuidar la percepción de equidad que debe procurarse en el conjunto de la empresa (ver Motivación y equilibrio – La importancia de la Equidad).          

          Si se pretende usar la remuneración variable como elemento de motivación, es necesario tener en cuenta sus claves psicológicas; sin ellas, lo único a lo que podremos aspirar es a acoplar los costes laborales dentro de los presupuestos del ejercicio, opción fácil aunque poco ambiciosa, que no aportará a la empresa ninguna ventaja motivacional, e incluso puede ser contraproducente.

2 de octubre de 2011

RETRIBUCION VARIABLE Y MOTIVACION INTRINSECA (I)





La retribución variable es habitualmente utilizada como recompensa, dándole el carácter de un incentivo, que en términos psicológicos, es un reforzador que provoca y mantiene conductas.

Ahora bien, no es poca la evidencia científica que demuestra que esto, que tan bien funciona en los experimentos conductistas (generalmente con animales y con motivos primarios ligados a la supervivencia como el alimento), podría no funcionar igual en Personas con motivos secundarios, (logro, afiliación, competencia, etc.), más habituales en los entornos profesionales cualificados.

La motivación creada por la retribución variable es motivación extrínseca, cuya fuerza reside en el valor del incentivo y no en la labor realizada en sí misma, y por tanto podrá tener los puntos débiles de relativizar la valoración del trabajo (“efecto mercenario”); depender de la valoración que en cada momento hagamos de la recompensa, (que será variable a lo largo del tiempo y según las necesidades cambiantes del perceptor); fomentar el cortoplacismo en busca del resultado inmediato, y descuidar algunos aspectos del trabajo de gran valor añadido para la Empresa, pero que no nos generan de manera directa un resultado personal, como por ejemplo ayudar a la adecuada  integración de nuevos compañeros, etc...

Sin embargo, la motivación intrínseca, ajena al incentivo externo y más ligada a la retribución fija, puede dar sentido al trabajo en sí mismo, satisfacer por la mera labor bien hecha, mejorar las competencias, aumentar el esfuerzo y la flexibilidad ante los problemas, fomentar las relaciones internas y la productividad, etc...


TEORÍA DE LA DISONANCIA COGNITIVA DE FESTINGER (1957):

El tipo de motivación -extrínseca vs intrínseca-,
nos condicionan la actitud y la conducta.
En 1957, el investigador de la  Universidad de Minnesota, Leon Festinger, puso de manifiesto lo importante que es para las personas justificar su comportamiento ante sí mismos y ante los demás. Su teoría plantea que la existencia en una persona de creencias y conductas que son incoherentes entre sí, produce en dicha persona un estado de malestar psicológico (disonancia), que es incómodo, y que conducirá a la persona a modificar sus ideas, y a generar nuevas creencias que sean más coherentes entre sí o con su conducta.

Este importantísimo mecanismo de “ajuste psicológico” conduce a autojustificar la propia conducta, (incluso en el caso de cometer barbaridades), y  puede ser tan poderoso que nos puede llegar a anular la evidencia de los hechos. Constituye un mecanismo vital para la salud psicológica y tiene una trascendencia enorme en muchos aspectos, uno de los cuales (no el más importante), tiene relación con la motivación intrínseca.

EXPERIMENTO DE FESTINGER:

El fantástico psicólogo social Leon
Festinger demostró la importancia de
la Autojustificación. Más de 3.000
experimentos documentados han
confirmado su teoría.
El núcleo central de la teoría de Festinger es la Autojustificación. En el clásico experimento de Festinger, se solicitaba a las personas participantes que realizaran una tarea monótona girando unas clavijas. Tras varias sesiones aburridísimas, se dividió a las personas en grupos. A dos grupos distintos se les pidió que convencieran a unos estudiantes que estaban fuera, (supuestamente esperando para hacer otra vez la tarea), de que el trabajo era divertido y ameno. Para incentivarles al convencimiento de los candidatos que esperaban fuera, a uno de los grupos se les entregó 1 dólar por cabeza, mientras que al otro grupo se les entregaron 20 dólares por cabeza.

Posteriormente se analizó el grado de entretenimiento experimentado por cada uno de los grupos. Se encontró que el grupo incentivado con 20 dólares, seguía viendo la tarea aburrida y tediosa, mientras que el grupo incentivado con 1 dolar no veía la tarea tan aburrida, e incluso hubo miembros que pasaron a creer que estar varias horas girando clavijas podía llegar a ser divertido.

¿Cual es la explicación en el marco de la teoría de la disonancia?. El grupo que cobró 20 dólares por persona, (fuertemente incentivado), pensaba que había intentado convencer a los estudiantes porque habían cobrado 20 euros por ese trabajo, y no necesitaban justificación.

Sin embargo, el grupo que cobró 1 sólo dólar, al no tener suficiente incentivo que justificara el posterior trabajo de convencimiento a los estudiantes, necesitaba “ajustar” sus creencias a la labor de convencimiento, hasta el punto de modificar sus ideas y llegar a creer que estar horas girando unas clavijas podía llegar a ser divertido. ¡HABÍAN CONSEGUIDO SU MOTIVACIÓN INTRÍNSECA!.

Deci demostró como un incentivo, mal planteado,
puede llegar a conseguir justo lo contrario de lo
que se pretende.
EXPERIMENTO DE DECI (1971):

En 1971, el psicólogo de la Universidad de Rochester Edward Deci, puso a unos sujetos experimentales a resolver rompecabezas. A unos les pagó un incentivo y a otros no. Durante el tiempo de descanso que se les concedió posteriormente,  los sujetos no incentivados tendieron a continuar sin descanso con la resolución del rompecabezas, mientras que los incentivados abandonaron la tarea. La noción de estar incentivados hacía que los sujetos tuvieran una atribución EXTERNA de su conducta, (“juego porque me pagan por ello”), mientras que los no incentivados tuvieron una atribución INTERNA (“juego porque me satisface la tarea”) ¡OTRA VEZ TENEMOS AQUÍ A LA MOTIVACIÓN INTRÍNSECA!

¿Significa esto que cuanto menos cobre una persona, mejor motivado estará?

No, pues podría conllevar una desmotivadora percepción de inequidad, (ver: Motivación y Equilibrio - La importancia de la Equidad), e iríamos contra los "factores higiénicos", mencionados en la "teoría de los factores de Herzberg", (de la que próximamente hablaré en este blog).

¿Significa esto que la retribución variable podría ser incluso incompatible con la motivación intrínseca?

¡Según algunas evidencias, podría llegar a serlo!, aunque existen claves para que ésto no suceda, lo cual es determinante, dado que existe consenso en que la motivación intrínseca es una poderosa fuerza que nos permite más persistencia en nuestros esfuerzos, mejor focalización  hacia las metas,  amplia facilidad de concentración, profundos deseos de hacer el trabajo bien, (el que se ve, y el que no se ve), y nos hace divertirnos trabajando, entre otras ventajas.